martes, 20 de agosto de 2013

Escrito " Ir a cine... ¡Cómo has cambiado! " (ideas principales)

  •  ir a cine era una cuestión de incierta magia iniciática.
  • Insospechadas filas de cuadras enteras, en las únicas y reconocidas salas del centro de esta ciudad, donde aprovechando la espera, se podían apreciar vendedores de espectáculos circenses.
  • Como había horarios establecidos, se formaban dos filas de similar tamaño.
  • Las sillas de madera caracterizadas por ruidos funestos, los escalones, que en sus bordes mostraban filas interminables de bombillos, el olor a ropa guardada, los baños clara muestra de aberraciones antihigiénicas.
  •  La gente como una terrible masa, entraba en pequeñas manadas a apropiarse de espacios, por ello algunos traumas empezaban con el ya concebido “está ocupa’o”, y la ubicación pese a las horas de fila, no era del todo buena. Era evidente que no había sitios preferenciales.
  • Como la entrada de comida era libre, había quien entraba aterradores trozos de chicharrón, que compartía con toda la familia, con litros de gaseosa envasada en vidrio, servida en vasos de mermelada y por supuesto, como postre fundamental el herpo. Pero era obligatoria la compra de maíz a una señora de gran tamaño.
  • Los personajes que se proyectaban, eran humanos demasiado humanos, con celulitis, gorditos a los lados, despeinados, hablados recurrentes, eran personajes no tan fastidiosamente perfectos como los que hoy en día se nos muestra. Esto es una fehaciente muestra de envidia por los abdómenes marcados y los cuerpos libidinosos que hoy ostentan los Hollywoodenses personajes.
  • Hoy en día, las cosas son bien distintas, hacemos reserva por teléfono o Internet, podemos llegar unos minutos antes, hablamos a través de sofisticados sistemas de sonido. Ya adentro no hay masas enardecidas de gente buscando su puesto, además no hay una sola sala… muchas opciones, muchas películas, muchos horarios, muchas gaseosas… Además si se cumple con la tarifa se puede escoger aristócratas sillones en clase preferencial.
  • Amable gente con linternitas, nos indica el puesto, hay servicio de cafetería hasta la silla… lo mejor… los baños, con diseños agradables.
  • Los espectáculos han cambiado, hoy encontramos todo tipo de maquinitas, juegos, combos, muñequitos, adornos, brownies, gaseosas litro personalizadas, vasos decorados, canecas descomunales de maiz pira.
  • Sin embargo y pese a la comparación, siento nostalgia por algo. Hoy en día al terminar la película, cada quien sale disparado hacia su propia rutina, vuelve a su cara de corporación, vuelve a su angustia, vuelve a su esclavitud sistemática.
  • Antes, cuando terminaba la función, nos quedábamos unos minutos más y sin embargo salíamos en grupo, eso si, pendientes del bolsillo o la cartera, pero escuchábamos cometarios, chistes, chismes, simplemente parecía que no había tanto afán de vivir la vida.

JERARQUÍA FAMILIAR

El poder en mi casa esta distribuido, entre mi papá y mi mamá, ellos tomas las decisiones juntos después de
haber dialogado, acerca de las reglas de la casa, la administración del dinero, y la delegación responsabilidades.
Son muy pocas las decisiones de las cuales mis padres nos hacen participes para opinar. Al final de cuentas, mi papá es quién toma las decisiones, luego de haberlas discutido con mi mamá.



























CAMBIO EN LAS RELACIONES FAMILIARES


Las relaciones familiares han cambiado, en cuanto a control, tiempo en familia y comunicación.

Usualmente con mis padres nos vemos en la mañana y en la noche debido a que trabajan en horario contrario al mío, con mi hermano a veces se ven más porque el suele llegar más temprano que yo. Pero todo el día permanecemos en constante contacto por medio del celular, ellos siempre nos están monitoreandonos, preguntándonos, por ejemplo, ¿qué estamos haciendo?, sí ¿ya hicimos nuestros deberes?, etc.

Cuando estábamos más pequeños no nos controlaban tanto porque mi mamá permanecía con nosotros la mitad del día, ella nos orientaba en todo lo que teníamos que hacer con respecto a nuestras actividades académicas.

Ahora es prácticamente una obligación acordada con nuestros padres, saber a dónde estamos? Sí salimos, o con ¿quién estamos? Para que ellos se sientan más tranquilos. Y llamarlos de vez en cuando para que ellos sepan que todo marcha bien.

Hoy día mi papá no trabaja tanto como antes así que podemos tener tiempo para compartir, dialogar acerca de las situaciones que vivimos día a día y escuchar también sus consejos. Mi papá hace planes de ir a cine, o vernos una película en casa, ir a un parque, y de esta forma poder tener tiempos de dispersión en familia en los que podamos integrarnos y salir de la rutina diaria.  

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